Observando el calendario, a principios de año, descubrí una especie de serendipia matemática relacionada con los números del calendario. Si sumas independientemente de las filas de en medio dos cifras y le restas el de arriba o el de abajo te da el opuesto. Y esto sirve para cualquier mes del calendario. También funciona en diagonal.
Por ejemplo, cogemos el 12 de enero y le sumamos el de abajo, el número 19, dando como resultado: 31. Le restamos el de arriba: el 5. Y nos da 26, que es precisamente el que está abajo. De igual manera, si le quitamos el de abajo, es decir, el 26, nos da 5 que es el de arriba. Esto se puede demostrar con cualquier mes del año, y en diagonal también funciona.
Esto no sirve de mucho, ya que, no hay ninguna fórmula ni obtenemos un dato valioso, simplemente sumamos y restamos, demostrando de forma ocultista que en lo semejante hay rechazo y en lo diferente u opuesto, hay semejanza. Todo responde a un orden.
¿Es entonces la pruebe irrefutable de que vivimos dentro de un orden?. Por supuesto que sí. La distancia entre el sol y la tierra no es casual. La distancia de la luna, así como el resto de planetas del sistema solar. Todo está dispuesto para que nosotros: la raza de la inteligencia; la humana, obtengamos experiencias dentro de la esfera material de 3D.
Cada cual que saque sus propias conclusiones. Pero si indagamos más podremos observar que incluso, las constelaciones, así como el zodiaco, no está dispuesto al azar. Todo tiene su valor, su peso y su razón de ser.
Sencillamente, en un mes observamos filas de 7 y columnas de 4.
Al tratarse del calendario anual, demuestra a la inteligencia dominante, nuestra responsabilidad hacia el medio. Así como el karma obtenido bajo la Ley universal de causa-efecto.
Todo puede ser para bien o para mal, dependiendo del uso. La verdad tampoco existe como tal, ya que, todo puede ser o todo puede no ser.
Que la luz nos guíe el camino hermanos y hermanas.
Que seamos dignos del amor crístico.
Que nuestra alma sea bendecida y guíe nuestros pasos hacia la liberación del Ser.
Todos somos iguales. Todos somos Uno.
Y hacia esa Unidad, la humanidad se dirige.