Cuando comencé toda esta aventura hace 20 años, no me imaginé todo lo que pude experimentar gracias a la meditación trascendental, porque es en el ser, en donde se realizan los cambios y donde uno avanza en el camino de lo espiritual. Hoy todavía me asombra ver que se den clases, cursos y demás técnicas de "superación personal" cuando realmente se ha iniciado el camino, no se ha hecho más que dar los primeros pasos y se permiten el lujo de tomarse el rol del gurú, queriendo tomar la fruta, cuando la fruta aún está más verde que las hojas de un árbol. La humanidad somos así: propensos a dejarnos llevar por la impresión. Grave error. La verdadera experiencia nos muestra que hay que pasar por ahí porque no hay otro modo de aprender. Yo pasé por ahí y quise coger la fruta antes de tiempo. Por eso lo entiendo. Pero nadie me puede acusar de haberme apropiado de algo que no es mío. ¡Eso os lo garantizo!. Pero lo que más me asombra, es que esta gente parece utilizar las mismas palabras y técnicas que he utilizado en mi trayectoria. Y que nuestros hermanos mayores me han sugerido en ese momento en concreto en la realización del contacto telepático. ¡Que casualidad...!
Lo peor de todo, es que cada uno interpreta las cosas a su manera y eso provoca que lo que antes funcionaba, ahora deje de funcionar. Para evolucionar uno debe tomar las riendas de lo que acontece en su vida, también a nivel del intelecto. No deberíamos creernos que podemos hacer magia porque otra persona nos lo diga, sino por el reconocimiento intuitivo del nivel de progreso interior. Todavía queda mucho camino. La humanidad todavía no tiene el umbral de trascendencia que le permita vivir en armonía con la naturaleza. Ni mucho menos decir que tenemos visión etérica.
Es que de verdad me indigna cuando he podido ver más amor en el reino animal que en un grupo de curación esotérica. Por favor, es vergonzoso.
¿De verdad que es éste el mundo que queréis?. Lo cierto es que un día nos moriremos y aquí quedará el mundo que habéis querido y que habéis creado con vuestros pensamientos y acciones. Y los que queden, tendrán que vivir en el mundo que, la verdad, no pinta demasiado bien. Y luego habrán lamentaciones... ¿Hice lo que tenía que hacer?. ¿Realmente merecemos esto?. ¿Por qué no ayudé a mi hermano cuando me lo pidió?. Allá cada uno con su conciencia.
No voy a perder más tiempo con esto. Ahí están las señales que nuestros hermanos mayores nos mandan y lo seguirán haciendo, porque ellos creen en la humanidad. ¿Te lo vas a perder?. ¿Vas a creer en ti o en lo que te diga tu gurú?.
