Nada es casual
Corría el año 95. Antes, incluso. Conocí a un gran amigo: Mario Gimenez de la Peña. Él era amigo y colaborador del gran maravilloso y sabio: Juan Manuel Marco. En aquella época. Recuerdo que él mismo me regaló un libro -una especie de manual-, en el que narraba una experiencia inédita en el que, aseguró haber sido invitado al interior de un ovni -y en cuerpo astral-, afirmó haber vivido una de las mejores experiencias de su vida. El libro se titulaba "Mi viaje a Saturno". Una experiencia maravillosa que, los que conocimos a Mario, compartimos momentos entrañables. Sobre todo, aquellos que de algún modo, habíamos vivido experiencias similares.
Una de las frases que más me llamó la atención que aparecía allí y que, los Hermanos Mayores del Espacio le habían transmitido decía: "El que mucho abarca... poco aprieta. Y el que todo lo quiere... todo lo pierde". Este tipo de afirmaciones siempre las he tenido en cuenta. Y si alguna vez, las he olvidado, la vida misma, me ha demostrado la eficacia de esta premisa, así como la importancia de practicar la humildad.
Y esto es lo que me sucedió justo hace un año. Pues quería llegar a la Partita III, la última de las sonata compuestas por J.S. Bach, pues ya tenía ganas de terminar las grabaciones y comenzar con mis propias composiciones. Lo que provocó que me precipitase y adquiriese malos hábitos al momento de grabar los últimos audios al violín. Tocar un error en alguna nota, no tiene mucha importancia. Si ello provoca que pares de tocar, es que, tú mismo te das cuenta de que no se pude continuar. Lo más importante es evitar tocar por omisión, dejadez o falta de motivación. Lo que es muy fácil que suceda en una sociedad como la nuestra, en la que no hallas apoyo en ninguna de tus iniciativas.
Y es gracias a las aportaciones que los Mayas nos dejaron para esta nueva era, que podemos recoger el testigo -filosóficamente hablando-, y continuar viviendo y compartiendo con fluidez, sin que nada ni nadie imponga su criterio. Todo llega cuando tiene que llegar. Y si me he equivocado es para aprender y superar mis propias iniciativas. Esas aportaciones que los Mayas nos dejaron para estos tiempos son conocidas como: Los cuatro acuerdos. Y dicen así:
1. Sé impecable con tus palabras. Sabemos que la energía sigue al pensamiento y el papel que juega las palabras, es fundamental para nuestro desenvolvimiento espiritual, ya que, lo que se decreta se concreta. ¿Quieres tener paz y orden en tu vida?. Comienza con utilizar bien el vocabulario. Ser ecuánime, implica también, ser coherente entre lo que dices, lo que piensas y lo que haces en la vida.
2. No tomes nada personalmente. ¿Cuántas veces hemos sido foco de burlas injustificadas, críticas y un sin fin de experiencias fuera del ideal que hubiésemos deseado en la vida?. Y de verdad es insignificante comparado con aquellos a los cuales hemos inspirado por compartir una afición, un ideal, etc. No se trata de ignorar a aquellos que están amargados, sino de demostrar que aunque estén equivocados, somos capaces de entender que no va directamente con nosotros el objeto de su crítica, sino que parte de su incomprendida frustración y lo pagan con el primero que se pone a tiro.
3. No hagas suposiciones. A veces nos dejamos llevar por las conjeturas y nunca damos en el clavo. Pues a diferencia de la intuición, el hacer suposiciones, implica que personalmente, estas manifestando lo que sería deseable para ti. Por ejemplo, si tengo que tocar un fraseo en el violín y no lo he practicado o no lo he trabajado lo suficiente, lo doy por hecho tocando más notas de las que corresponden, creyendo que alguna dará como buena. ¡Grave error!. Las conjeturas que hagamos, normalmente están muy lejos de la realidad. Para evitarlo; mejor no hacerlas.
4. Haz siempre tu máximo esfuerzo. Este es el acuerdo de los Mayas que más me han ayudado en todo este tiempo: a partir del 2012 que es cuando empiezan a ser conocidas, ya que, loa Mayas baticinaban "no" el final de los tiempos, sino el final de un ciclo y el comienzo de otro. El hacer siempre tu máximo esfuerzo, implica disfrutar del momento como si fura el último, vivirlo a fondo. Es también lo que se conoce como el aquí y ahora. Pese a las acechanzas, errores y desmotivaciones, nunca hay que abandonar tu sueño, sea cual sea, porque tu sueño lo has estado forjando durante eras, vidas y hasta has removido cielo y tierra para llegar a que tu alma se una contigo para vivir esta experiencia terrenal. Sigue. No abandones tus sueños.
Por mucho que me costó tocar esta pieza, al final, me di cuenta de que los errores no son tan graves como me imaginaba. Todo ello tiene una causa oculta. En mi caso era por incomprensión, falta de información o coherencia musical. Luego claro, descubres que Bach tocaba en un estilo barroco tardío y a veces, llegó a imitar un estilo que estaba emergiendo en esa época al violín, que era el estilo de Vivaldi. Sea como fuere una de mis piezas favoritas. Bueno. Todas lo son, pero esta en concreto le tengo un afecto especial por el esfuerzo empleado.
🎧 Auriculares. Recomendado.
J.S. Bach. Sonata III BWV 1005.
