En este final del 2020 habría que hacer un balance de todo lo acontecido. Y haríamos bien -si cabe-, en quedarnos con lo bueno. Yo me quedaría con la oleada masiva de naves extraplanetarias que han surcado nuestros cielos. Yo mismo he sido testigo de la aparición de dichas luminarias nocturnas que, en sus desplazamientos, transitaban ante mi atenta mirada de forma tan errática como incomprensible. Como todo en la vida, sólo se puede entender aquello que no tiene explicación, desde el punto de vista ocultista, en una especie de acercamiento sensible e incluso intuitivo para poder conectar con lo desconocido. Pero si tenemos temor, ya os digo, que el temor es el peor enemigo que tiene el ser humano. Y haríais bien en intentar corregir ese defecto sicológico porque el temor, es la causa de que haya competencia y no colaboración, de que haya odio y no amor, de que haya guerra y no paz.
El ser humano cabalga en su andadura a ciegas, batiéndose a mitad de camino, entre lo animal y lo divino. Sin saber cómo ha llegado allí. Nuestros hermanos Mayores intentan conectar con nosotros para mostrarnos que otra realidad es posible. Que es hora de romper el huevo en el que nos hallamos y salir fuera de él para comenzar a crear otra realidad. Lógicamente sólo podrán hacerlo con aquellos que se hayan preparado o estén más preparados a un nivel cuántico. Ellos pueden leer nuestro ADN como nosotros podemos leer un artículo.
Cuando en 2008 conectaron conmigo, después de diez años de preparación, -con y sin ellos-. Y tras una serie de experiencias, lo primero que me comunicaron es que ya estaba preparado. Porque siempre es así. No es cuestión de suerte, ni de casualidad. Es una cuestión de merecimiento personal al trabajo realizado. En este caso al trabajo interior. Quien sabe cuidar lo pequeño también sabrá cuidar lo grande. Si quieres que nuestros hermanos mayores conecten contigo, empieza tú conectando con la profundidad de tu ser. Aprende a ser humilde y cuando te sientes mil y una vez sobre las prendas que utilizas en la meditación y te hayas unificado en lo sagrado de tu divinidad, comprendiendo la fuerza que nos une a todos como una fuerza que todo lo trasciende, lo mantiene y lo complementa; empezarás a iluminar cada átomo de tu cuerpo y así, y sólo así, se te otorgará el poder de la transmutación.
Son palabras duras pero no me dejáis otra opción. Estáis acostumbrados -la gran mayoría-, a tomarlo todo a cachondeo. Y esto tiene que acabar o acabaréis pagándolo caro. Se nos dijo que habría que leer la saga por orden, sin embargo cogéis de aquí y de allá sin respetar aquello que os podría beneficiar.
Cuando comencé la canalización de los cuentos del sistema local Hulupa D´hära, nuestros hermanos mayores leyeron de mi ADN la información perdida de los registros akhasikos. Ya que, entre ellos, y dado los millones de años de evolución que transcurrió desde la formación del planeta tierra a nuestros días, la información de nuestro pasado se perdió y no sabían lo que nos pasaba ni el motivo de nuestro estancamiento evolutivo. Y juntos descubrimos estas seis historias, y que Ellos, ya lo llamaban Hulupa D´hära que significa en idioma galáctico antiguo: la flecha afilada y dirigida a nuestros orígenes. Como un intento a la desesperada de mostrar una alternativa al impedimento evolutivo en el que nos hallamos. Por otro lado, descubrí, a través de EL SER UNO, que estas historias -nuestros hermanos Mayores intraterinos-, conocían dicha información, y que ya se esperaba que justamente por esas fechas salieran a la luz por parte de algún servicial canalizador o canalizadora. Ellos lo recordaban como los arcanos de Thoth. Y justamente coincide con los primeros arcanos del Tarot, que es lo que ha quedado en nuestros días de la sabiduría Thoth o Tot:
- El Mago.
- La Papisa
- La Emperatriz.
- El Emperador.
- El Príncipe o Hirofante.
- Los Amantes.