De que todo es energía. De que la energía; ni se crea ni se destruye. TODO SE TRANSFORMA.
Somos nosotros los que damos rienda suela a la energía dependiendo de nuestras acciones, bajo la ley de Polaridad.
Si nuestras acciones son las de perseguir, difamar y manipular a nuestros hermanos; seremos difamados, manipulados y perseguidos por otros seres. Viajaremos a mundos afines por el principio de inercia o trasferencia energética, nuestros cuerpos, podrían cambiar dependiendo del planeta al que seamos destinados, y de verdad os digo, que habrá un ser superior que nos hará pasar por situaciones muy similares a las que nosotros habremos hecho pasar.
Hoy por hoy, hay gente que actúa con total impunidad porque se creen que esto es "viva la Pepa", y de eso; nada. Otros se creen que como no tienen a nadie por encima de ellos: pueden manejar y manipular a su antojo, sencillamente porque no hay nadie que les pueda decir nada. Pero recordad, que la energía sólo se transforma. NO CREAMOS SERES, NO DESTRUIMOS SERES. "TODO ES TRANSFORMADO."
De igual modo, todo debe ser avisado para corregir, no para castigar, ni mucho menos juzgar. Pero puestos a avisar, os digo, que los seres reptiloiodes a los que se podrían convertir los humanos que viajen destinados a otros mundos -y os aseguro que viajarán-, estarían destinados a ser cada vez más pequeños, a ser cada vez más consumidos por su propia maldad, llegando a medir de 30 a 15 cm, generación tras generación, hasta su entera auto-destrucción.
El otro camino es el de la evolución. Que, guiados por seres o hermanos mayores de dimensiones superiores, pueden llegar a la búsqueda de la perfección. Tanto la libertad como la perfección, son meros ideales, pero que, sin una debida y apropiada fe, no podrían llegar por sí mismas a la evolución y realización del ser.
Quizá, este aviso sirva para intentar poner freno a la desmesurada y vergonzosa tendencia de matar al mensajero. De matar al hermano, en vez de amarlo.
Ojalá que mi hermano abra los ojos y quizá algún día venga y me lo agradezca.
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