Vivimos llenos de contradicciones. Buscamos éxito en todo lo que emprendemos. Pero realmente lo que hacemos es repetir el mismo patrón una y otra vez. Creemos que si pedimos al universo con deseo en nuestra demanda, éste nos va a proporcionar lo que pidamos. Pero rara vez ocurre. Sin embargo, llamamos casualidad a algo que nos llega por el propio orden o equilibrio trascendental. ¿Es casualidad o más bien nos lo deberíamos tomar como nos lo han contado?. Para creernos algo como verdadero, es necesario haber creado conciencia previamente. Esto es algo que el mundo de la publicidad conoce muy bien, creando necesidades, cuando quizás no la hay.
Pero si realmente no pretendemos engañar a nadie y menos a nosotros mismos, tendremos que estar abiertos al conocimiento de las cosas. Más que nada para que no nos den gato por liebre.
La conciencia es lo único que hace que cualquier cambio en el proceso humano se produzca. Mirar atrás en la historia. Nunca os habéis preguntado: ¿cómo hemos evolucionado tanto en los últimos quinientos años?. Si viniera un ser del mundo medieval, y lo trasportásemos a nuestros días. todo le parecería herejía o fruto de la brujería. Y no tendría otros términos porque carecería de la conciencia que nosotros tenemos. Hemos tenido que pasar de la alquímia a la química, de la maquina a la mecánica y de la ingeniería a la robótica para contar con todos los adelantos y en tiempo record. Ya sea en la medicina o en la industria. Nunca se había evolucionado tanto en tan poco tiempo.
Luego nos preguntamos: ¿de qué sirve?, si realmente nos vemos involucrados en nuestra propia autodestrucción. Cada vez somos más competitivos y en vez de fomentar la cooperación se nos somete a la discriminación para vergüenza de la humanidad. ¿Adónde quiero llegar con todos estos argumentarios?. A que realmente, si queremos evolucionar en paz y libertad, es necesario que haya justicia. Y para que haya justicia tiene que haber apertura de conciencia, evitando el recaer en viejos patrones, caducos y propios del antiguo orden de las cosas. Ahora, en la nueva era, entramos también en un nuevo milenio y esto implica una regeneración. A todo el mundo le gusta que le reconozcan su trabajo. Pero si no somos capaces de reconocer el trabajo ajeno, va a ser difícil que el universo nos corresponda de esa manera. Entonces estamos creando un karma a nivel colectivo que ya a nadie se le reconoce prácticamente nada. Cuando hablo del equilibrio en los tres mundos, me refiero al equilibrio en el mundo de lo físico, el mundo de las energías y el mundo de la cuántica dentro del orden cósmico. También conocido como Plan Divino. Pero claro, todo esto entra dentro de lo esotérico y es sectario ¿No?. Pues no. Esotérico significa aquello que viene de lo etérico. Mientras que lo exotérico es la carcasa que encierra el principio vida, es decir; lo meramente físico. Pero todo esto es muy extenso y hay mucha información al respecto.
Sólo quiero concluir haciendo referencia a la unidad, al equilibrio, al amor y a la fraternidad. Son requisitos necesarios para crear un mundo armónico.
Somos creadores. Y estamos obligados a potenciar la creatividad. Así como dicen que Mozart era capaz de escribir la música que Dios le dictaba. Realmente, como a todos los grandes genios, componían sus obras gracias al gusto estético y recursos que combinaban gracias a su personalidad y experiencia. A veces, les venía alguna luz de inspiración. Pero no es que Dios les dictara. Porque cuando empezamos a ver la vida con la claridad de conciencia adquirida, comenzamos a utilizar la discriminación en forma positiva, para nuestra propia evolución.
Tenemos el mundo en nuestras manos y no es que nos toque cuidar del medio ambiente; es que si nosotros no lo hacemos no esperemos que nadie lo haga. No van a venir seres del espacio a solucionar nuestros problemas. ¡Que os quede bien claro!.
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