Historia de Isa. II

Capitulo 2

     Cuando Crown viajó a las Pléyades, Damark lo estaba esperando en su casa. De esto hace ya unos cuantos años, pero recuerdo como mi padre nos lo contaba, junto al fuego de una inmensa chimenea. Yo era muy niña, e intentaba no perderme ningún detalle.
     Damark era un tipo alto, rubio, un auténtico hermano del espacio, entregado a las ciencias y a las artes, aunque su preferencia fuera la sicología, que desarrollaba con la debida preparación en incentivar sistemas evolutivos basados en la cultura, donde debía imperar el orden y la armonía. Aunque a simple vista, su presencia semejase la de un semidios, era un hombre distinguido y dedicado a su familia y a su trabajo. Mi padre, tuvo que pasar por duros entrenamientos, solamente para llegar hasta allí. Crown había confeccionado una tabla de valores bien definida, donde cada hombre desarrollaría su trabajo dentro de la esfera de evolución personal, adaptando su posición a las necesidades del planeta y de la sociedad. Lo hizo con toda la intención puesta en el futuro, pues ocurría que había algunos seres de mi planeta, que se aprovechaban del poder que ostentaban para manejar el esfuerzo de mucha gente en su propio beneficio, viviendo de ésta manera, el lujosas mansiones, con todas las ventajas de la tecnología que había en éstos días en Cirión. Y así fue, como con ayuda de Damark que, observó, cambió y se estipuló una tabla perfectamente práctica y aplicable. Cuando finalizaron, su obra fue entregada al gobierno que estaba en ése momento en vigencia en mi planeta. Allí no existe el dinero, como hoy en día existe en la Tierra, pero la vida es bastante agradable porque la naturaleza y las máquinas robotizadas; nos hacen el trabajo mas duro, mientras que nosotros, empleamos el tiempo en confeccionar tareas de ingeniería y demás menesteres.
     El gobierno lo aprobó. Si, aprobó el trabajo. Pero nos fuimos dando cuenta, que se utilizó de la manera más burocrática posible, es decir, que siempre eran ellos los que se aplicaban los mayores beneficios, y que lo seguían empleando en lujos, adquisiciones y derroches diversos. Al enterarse el pueblo de lo que sus gobiernos estaban haciendo; pidieron respuestas adecuadas ante aquellos atrevimientos, ya que, ellos estaban a gusto con su trabajo pero no compensaba el fruto de colaboración mutua. Se necesitaba un fondo de materias primas; si. Pero en ocasiones; ¿De qué lado se debía enfocar el trabajo?. ¿Para la comunidad o para sus gobernantes?. Entonces, el gobierno se limitó a apuntar que había sido Crown que había confeccionado la tabla de labores y sus respectivos puestos. Así que, allí mismo, comenzaron las antipatías y los desapegos hacia mi padre y hacia toda mi familia.
     Después de haberlo hablado todo ello con Damark, mi padre volvió más iluminado de lo normal, porque siempre que hacía un viaje a las Pléyades, regresaba lúcido y optimista. Y fue el mismo Damark quien más nos ayudó en este asunto, recomendándole un traslado, e incluso, un puesto eventual en otra parte del planeta para comenzar de nuevo. El mismo Damark, se ofreció a consultarlo con la Confederación de hermandad de la galaxia, por si continuase habiendo éste tipo de desatinos. Pero por suerte, no volvió a ocurrir lo mismo en Zenoc; nuestro nuevo hogar.
     Los contactos entre mi padre y Damark, fueron en aumento. Dichos contactos, estaban permitidos por la Confederación de la hermandad blanca, ya que, su trabajo en sicología; así lo permitía. Lo mismo ocurre con otro tipo de trabajos relacionados con la educación, biología, genética y mecanización tecnológica; que también cuentan en sus contactos con evoluciones superiores y con la intención de hacer una fuente armónica de recursos, entre los planetas evolucionados que pueblan la galaxia.
     La Tierra, también está admitida dentro de la Confederación, ejercida por los 24 ancianos, y los miles de millones de colaboradores que la forman, aunque tendrá que pasar algunos años para poderse hacer una comunicación más veraz y asequible. Con el tiempo, tendréis la ayuda necesaria, e incluso, más de lo que podáis imaginaros. No olvidemos, que no solamente la armonía en la galaxia la forman los seres encarnados, sino que, existen muchas entidades encargadas de tales áreas; como la vuestra, y de mantener también cierto orden energético, basado en jerarquías de maestros, ángeles, devas, arcángeles, ancianos y semidioses, tronos, potestades, principados e incluso, ciudades energéticas o puntos focales de energía acumulada que interactúan constantemente sobre la luz, la armonía y el orden evolutivo.

     La pérdida, solo es la pérdida de valores; nada más. Como aquella noche que salimos de Wirz. Comenzaba a anochecer cuando nos metimos en la espacionave. Era circular y ovalada por los lados, metálica y sin ventanas, ya que, vemos el exterior por las pantallas de circuitos que hay en su interior. La nave funciona con tres tipos de energía. Primero se impulsan los propulsores de energía centrifuga que van a presión de aire para elevar la nave. Cuando la nave está elevada, dejan de funcionar suavemente y se pone en funcionamiento una especie de propulsión silenciosa de átomos de fusión. Ésta composición de átomos, no las encontraréis en la Tierra, porque aquí; no se encuentran. Son muy potentes, aunque parecido al uranio, pero cien veces más, y se combinan con otras injerencias atómicas, siendo a propulsión y emitiendo un ligero sonido. La propulsión es radial, es decir, que salen radios de acción alrededor de la nave; son como emisores de onda que hacen que el aparato se mantenga en el aire, y a la vez dirigirlo a cierta velocidad, a donde se quiera. La velocidad máxima que puede llegar el aparato en su segunda fase de desarrollo, es a unos 300 Km./h. La tercera fase de funcionamiento cuenta con la energía plásmica, que se puede proyectar en todo el hemiciclo volátil e invisible, pudiendo llegar a cualquier parte de la galaxia como ya he mencionado anteriormente.
     Volábamos a baja altitud. Cambiábamos de continente. Nos íbamos a Zenoc.