Significado:

"Ahora mismo, el ser humano, debe hacer un gran esfuerzo en comprender y aceptar los fundamentos por el cual, la energía sigue su propio proceso; el proceso del pensamiento. Pues como ya hemos visto, parece ser, que no solamente la Tierra es una escuela en donde nosotros vivimos, sino que, además, es la galaxia el lugar por el cual, los seres que procesan dimensiones perfectas, aprenden y se desarrollan, investigan, viven, aman, mueren y se transforman, intentando adaptar su forma física a mayores y mejores formas por donde la luz, se pueda manifestar cada vez con menores inconvenientes".


Hulupa D´hära VI. Adhams y la doncella.

Los libros Hulupa D´hära, son el producto de la canalización telepática a través de las Huestes del Plano de la Luz, en colaboración con la Fraternidad o Confederación Cósmica y Universal. Su difusión debe ser gratuita, ya que, nos pertenece a todos por derecho de nacimiento.

Estas seis historias, nos corresponden como legado mismo, habiéndose perdido su singladura a través de los tiempos. Para entender el conocimiento que nuestros Hermanos del espacio nos quieren transmitir, deben ser leídas ordenadamente.

Así mismo, quedan reservados los derechos al autor de la obra.

domingo, 24 de octubre de 2010

Historia de Isa. V

Capítulo 5


     Me llegaron muchos mensajes telepáticos durante mis días de invierno de aquel año, 4320 en Cirión. Oleadas y oleadas de mensajes, venidos de mis amigos de las estrellas, se amontonaban en mi bloc, engrosando su contenido. Ellos, a parte de resolver nuestras incógnitas, así como de compartir nuestras inquietudes, me contaban muchos acontecimientos, de las cuales, tenían que vivir y sufrir en sus iluminadas carnes. Luchas y batallas con seres horribles, monstruos verdaderamente repugnantes se gestaban sobre la galaxia durante esos tiempos. Por citar algo, mi amigo JW-45, me recitaba unos versos, que él mismo había compuesto para mi, e iban dedicados al Gran Señor Celestial.

     Cuando mis gentes piden ayuda, cuando el Guía está esperando. Cuando las esperanzas de vida, se están disolviendo; entonces surge la luz, con más fuerza de la esperada. Te inunda e ilumina todos tus tejidos, haciendo que te eleves y desconectes de las guerras que nuestros hermanos se empeñan en seguir.


     Hallándome combustionado por el por el humo de la guerra y la pérdida de los seres queridos, como última, extrema y amarga conformidad, surgen los Hijos de la Luz; para rescatar a aquéllos que son de verdad sus amigos. Nos alientan e iluminan con su luz latente para que, a través de ellos mismos, se pueda continuar el trabajo inacabado. Entonces surge el fénix a lo lejos, entonces cesan los gemidos y vilipendios, surge la paz y comienzan las tareas de rescate.


     Cuando la realidad misma parece recobrar su aliento, entonces; surge una nueva visión sobre la realidad de vivir. Reaparece el amor y se establece. Los lazos de armonía se unen para que la vida, vuelva a resonar en nuestros débiles y castigados cuerpos. Pero la máquina perfecta se pone en marcha, encuentra su lugar y se une al trabajo continuado por nuestros hermanos. Entonces el Padre, Aquél que Todo lo ve; te envía fuerzas, y todo vuelve a ser armonía.


     Mi pobre y querido amigo, murió en uno de ésos enfrentamientos. Éstos, son seres gobernados por el mal cósmico y manipulados por dichas fuerzas, pretendiendo ser dueños del cosmos, apoderándose, como en éste caso del planeta Jumik; hoy día inexistente, ya que, terminó por ser exterminado. Y con ello, una raza extremadamente perversa, diseminada por todo lo ancho y largo del planeta. Cuando los Hermanos Mayores intervinieron, no tuvieron más remedio que explosionar todo el planeta, tal era la tremenda amenaza que se cernía en la galaxia. Éstas repelentes alimañas, desaparecieron y no se supo más de su existencia. Si alguno quedase, viajando en alguna nave, extraviado o viviendo en comunidad en su lugar de origen; fueron igualmente exterminados. Estos hechos sucedieron cuando la Tierra estaba sufriendo otra guerra entre naciones: la Primera Guerra Mundial, entonces, cuando un planeta está en guerra y otros seres tratan del hacer mal en él; son rápidamente exterminados por los Hermanos Mayores de la Galaxia.
     Efectivamente, durante ése tiempo en la Tierra, hubieron algunos raros acontecimientos, fue como si se cerniese una lucha entre el bien y el mal. El bien, tiene sus anclajes en el amor y en la inteligencia. Mientras que el mal, los tiene en el deseo -en su mayor grado de materia densa-, y en la astucia. Pues bien, como ya he mencionado anteriormente, fueron seres venidos de otros mundos y que -nosotros los llamamos seres oscuros-, visitaron la Tierra con armas en las manos, causando algún daño a algunos campesinos. Pero ocurre que en vuestra Tierra, siempre hay algún Hermano Mayor que es interceptado por la luz misma que viene del Padre para intervenir en el suceso, llegando y cogiéndolos a tiempo, haciéndolos desaparecer, para siempre, de la faz de la Tierra. De hecho, éstos sucesos no se han vuelto a repetir en vuestro planeta, en ésto habéis tenido suerte. E incluso, ahora hay un cinturón muy especial, que han preparado los seres de Orión y de Sirio alrededor de vuestro planeta, para que no sea molestado por el mal cósmico. Es decir, que ahora, no solamente no seréis molestados por algunas entidades oscuras, sino que además; seréis protegidos del mal cósmico, ya que, vosotros tenéis bastante con protegeros del mal que hay en vuestro planeta, y trascenderlo, cerrando dicha puerta donde se halla el mal, entonces, se restablecerá de una vez por todas "la ciudad del amor".

     Tenéis que saber, que muchos mundos han sido violados de las Leyes Universales, donde han sido molestados, invadidos y amenazados, e incluso aniquilados en el mismo instante por seres oscuros que viajaban con sus naves en busca de hacer mal en la galaxia. Pero ahora, tenéis que saber, que ésto a terminado de una vez por todas y que, estamos entrando en una nueva dispensación en la galaxia. Todo proviene de la Ley y del orden Universal, así también, se llega a trascender la luz, se llega a cotas más altas y la vida, es mejor en todas los sentidos. Las personas que son exterminadas en una guerra o catástrofe, vuelven otra vez a reencarnar en otro lugar y continúan con la evolución que tenían anteriormente, y así, se preparan nuevos cuerpos de luz, sintonizados para éstos fines.  E incluso, surgen nuevas razas en el Universo, cada vez, más inteligentes. ¿Tendrá fin alguna vez la evolución de la conciencia e inteligencia activa proveniente de nuestras fuentes espirituales?. Ésa es una pregunta, que no tiene respuesta, porque el fin de la vida es la unidad y tal vez, sea aquí donde se halle la respuesta. Cuando uno consigue la unidad de sí mismo, entonces, comienza otro proceso relacionado con el amor y el desarrollo de la inteligencia. Éste proceso continúa durante vidas y vidas, hasta llegar al último peldaño.
     A las razas involucionadas, o razas oscuras -las que quedaban-, después de las ingratas intromisiones en mundos desarrollados, fueron sometidas a un juramento; el de "no interferir en la evolución, o ser eliminadas de inmediato". No tuvieron más opción que establecerse y reconocerse a sí mismas, e intentar evolucionar, para que en vidas precedentes, dejasen de ser lo que eran y así; encontrar la belleza y la armonía por medio del amor. Unos aceptaron su cometido y se integraron al cosmos sin causar más problemas. Otras se negaron rotundamente y fueron exterminadas.

     Por aquél tiempo, recuerdo, que mi padre compró un arma y siempre la llevaba encima. Se trataba de una pistola y de un tuvo lanzadera, el cual, guardaba en casa, cerca de una ventana por temor a que alguna de éstas razas les diera por acercarse hasta nuestra casa. Desde hacía algún tiempo, se oía el rumor de una posible amenaza, hasta el planeta entero estaba en una especie de alerta roja por posible intromisión o invasión. Pero ésto, nunca llegó a ocurrir, al menos aquí. Sucedieron algunos incidentes, como se pudieron dar en la Tierra, pero fueron muy escasos, a lo sumo ocho o diez casos aislados, nada más, y sin mayor trascendencia, ya que, fueron rápidamente exterminados.
     En ocasiones, me ponía en el lugar de mi Hermano Mayor JW-45, que se comunicaba por medio de telepatía y de vez en cuando, veía. Su forma de luz estaba a mi lado, haciéndome compañía. Yo también haría lo mismo por ti, si estuvieses en un aprieto -le decía-. Te haría compañía, compartiría contigo el amor, los triunfos y los fracasos. Cuando supo que todo había terminado y que todos sus enemigos habían sido exterminados, aunque se llevasen consigo su propio planeta, fue el día más feliz de su vida, ésta felicidad; la transmitía, porque fue reunido con todos los suyos, en una nueva luz de la verdad, viéndose mutuamente, de una forma nueva, en la Luz, disfrutando de la proximidad del Padre. Fue una época muy importante para él, pues, fue mi Guía durante muchos años. Yo le llamaba Endolf, porque me gustaba más que ésas ridículas siglas, pero era así, como él había crecido. Lo cierto es que, me daba mucho amor y sabiduría que compartíamos de una forma muy especial... Si nos pudiéramos reunir todos los que verdaderamente, nos hemos amado; haríamos una gran fiesta para celebrarlo, de hecho, me da la impresión, de que ésto también se hace, porque uno puede hacer lo que quiera, ya que, la libertad; es eso. Aunque siempre terminemos desafiando diferentes misiones, que al final, nos acostumbramos a ellas, y en verdad; es mejor que las celebraciones, pues éstas, al final también cesan.
     Él también  me contó su vida, como ahora lo estoy haciendo contigo. De alguna manera, nunca se termina de contarlo todo, porque ha de permanecer la esperanza. Si yo te contara todo lo que visto, todos los mundos visitados, con todo detalle de colores y paisajes, de fortalezas y monumentos, de los seres tanto humanoides como híbridos que he visto y que he permanecido con ellos, pues la verdad; que no tendría mucho sentido, porque no se acentuaría tu semilla de esperanza, sino que, por el contrario, se iría apagando más y más. Y yo no quiero que eso ocurra, sino que, mantengas tu esperanza y vivas con ella, cada día, como algo nuevo en tu sentir diario, porque los detalles, a veces, son carentes en la transmisión telepática, por ese motivo. Pero no desesperes, pues lo que de verdad importa es la sabiduría que se pueda demostrar de todo ésto. No, si ésto era así, o asa, porque ésto, vosotros lo veréis mejor de lo que yo os lo pueda contar, cuando llegue el momento.
     En otras ocasiones, nos sentábamos en circulo, alrededor de una mesa, después de cenar algo, y mi padre, nos contaba con detalles, como eran los sitios que él había visitado, todos lo escuchábamos atentamente. Una vez nos habló de una misión que tuvo que hacer a las Pléyades. Pero antes; entraremos en detalles:
  
     Era un día festivo, y nuestra ciudad celebraba un gran acontecimiento, esto ocurrió en Wirz. Consistía en una fiesta de juegos, entre ellos, había un concurso de pesca. El pez mayor, sería premiado. Y allí, se exponían todos los peces con sus respectivos pescadores, bajo el toldo de una carpa. La plaza de la ciudad, estaba a rebosar, donde algunas casas, cuentan con torres terminadas en cúpulas metálicas doradas con adornos salientes en las esquinas de dichas edificaciones, como lanzas con dos puntas arqueadas. Salientes de cualquier tipo, también, adornan la ciudad, porque éste es el verdadero estilo arquitectónico que siempre a habido en éste tierra. Más tarde, se implantaron las ciudades industriales, perdiéndose un poco del encanto de ésta ancestral cultura.
     El jurado estaba compuesto, por el jefe de administración y unos cuantos ayudantes del puesto administrativo. Al final, el veredicto falló sobre la familia de Busotown, seguida de la familia de Cláurin. El tercer premio fue a parar a otro del cual, no recuerdo el nombre. Todos ellos, llevaban largo tiempo compitiendo, y fué, no se si por cortesía, o porque el premio así lo merecía que las dos dinastías, siempre habían tenido problemas entre ellas. Los líos más gordos, habían sido propiciados en Wirz, fué a causa de éstas dos familias. Los Cláurin, de cuyas prendas eran de tonos verdes y pardos, se pusieron a protestar ante el jurado, manifestando que su pieza, pesaba más que ninguna otra, reiterando en que se volviese a comprobar el peso de ambas. Los Busotown, que sus prendas dispersan tonos en naranjas y violetas, se negaron a pasar por la prueba del peso, alzando la pieza de oro y arrebatándosela de la mano del jurado, proclamándose vencedores, elevando el trofeo por encima de sus cabezas, mientras marchaban danzando y riendo, en busca de diversión.
     Los Cláurin, se reunieron en circulo y estuvieron parlamentando el privado. Cuando hubieron terminado, se llevaron la pieza en una carretilla marchando detrás de los Busotown, y dispuestos en hileras, se proclamaron en llegar a un acuerdo. Frente a frente, fue imposible llegar a un acuerdo, ya que, éstas rivalidades, siempre han sido una causa u otra de entrar en ofensas y disputas.
     En ése momento, Crown, que estaba tomando una copa de vino, se vio sorprendido por el jaleo y como ya estaba un poco harto de los sufrimientos acarreados anteriormente por ambas familias; quiso poner paz de una vez por todas. Dejó la copa sobre la mesa y armado de paciencia, se dirigió hacia los presentes, juntando ambas manos en actitud de súplica. Intentó hacerles razonar, pero no pudo. Mientras unos se quedaron a ver como se resolvía el conflicto, otras, se fueron retirando a sus respectivas casas. Efectivamente, los Cláurin dispuestos en línea enfrente de los Busotown cuando alguien, se llevó el trofeo ante la atónita vista de los Cláurin, los cuales, comenzaron a prepararse para las disputas. En ése momento, brotaron de las manos de los Cláurin, pequeñas luces blancas que fueron a colisionar en el rostro de sus contrincantes, causándoles algunas molestias, e incluso, leves quemaduras. Éstos no se quedaron quietos, procediendo del mismo modo. Algunos Cláurin, fueron derribados al suelo ante las carcajadas de sus oponentes. Otros las esquiaron iniciando un contraataque. Antes de quedar mareados por la falta de energía, se lanzaron unos contra otros, propiciándose toda suerte de puñetazos, patadas, empujones y demás dispendios.
     El Jefe de la Administración y sus colaboradores, trataron de evitar el follón de cualquier manera. Las fuerzas de seguridad acudieron de inmediato. Desde sus naves, trataron de imponer paz, pero fueron derribados con la magia o con armas. Al ver a los agentes indispuestos y mientras éstos esperaban refuerzos, algunos ciudadanos aprovecharon para sacar los resquicios de odio que aún guardaban, provocando aún, más follón. Hasta tal punto de llegó, que el Jefe de Administración y dos de sus colaboradores, huyeron en una nave de seguridad, descontrolándose la situación por completo. Crown, se escondió en un vehículo descapotable, como también era de los más buscados, pudo sortear una vía de escape y lograr quedar a salvo. De inmediato, accionó el vehículo y volvió a casa.
  
     Recuerdo como él nos lo narraba:

     Llegué a casa y le dije a mi esposa que cerrase todas las ventanas. Luego me introduje en la ultima estancia de la casa, en soledad, me relajé en el lecho y me tumbé boca arriba, con las manos cruzadas sobre el pecho. Y me propuse para transmitir.
     -BWH. Llamando a Damark.
      BWH. Llamando a Damark. ¿Me recibes?. Es una emergencia.
     -Aquí Damark. Te recibo.
     -Crown al habla, tenemos serios problemas aquí en Wirz, hay una revuelta y los ciudadanos se están hiriendo entre ellos, debéis hacer algo.
     -¿Qué a ocurrido?.
     -Ha sido durante la fiesta de celebración. Hay una gran pelea en la plaza de Wirz.
  
     Tras un breve silencio, Damark continuó...
     -Está bien, voy a intervenir. Tu quédate en casa y no salgas. Mañana, vente a primera hora y hablaremos con más detalles. Corto la comunicación. Amor hermano.

     Después de esta comunicación, fui a buscar a mi esposa, que se hallaba sentada con cierto aire de contrariedad reflejada en su rostro. Afuera, a lo lejos, se podían escuchar los enfrentamientos de los ciudadanos. Acababa de anochecer cuando de repente, se oyó como una especie de ruido, como de un relámpago, luego, otro y otro. Luego vinieron truenos y con ello, se precipitó una tormenta. Entonces, nos metimos en el lecho y abrazados, nos quedamos dormidos. Los ruidos habían desaparecido.

     A la mañana siguiente, Crown se levantó temprano y triplicó su dosis diaria de energía lumínica, se despidió de Casilda diciéndole que no saliera de casa hasta que él no llegase y asimismo, que no se preocupase, que todo iría a ir bien y que pronto, estaría de vuelta.
     Él nos lo narraba así.

     Salí sin nada en mis manos, tan solo, una idea rondaba por mi cabeza; solucionar éste problema cuanto antes y que todo volviera a la normalidad. No entiendo. ¿Cómo es posible que esto ocurra en mi tierra, cuando la paz siempre ha estado de nuestro lado?. Desde nuestros antepasados, que no ha habido ninguna guerra entre nosotros, ni contra ningún otro territorio, ya sea, lejano o vecino.
     Abrí el hangar, situado junto a la casa y saqué la ovalada nave espacial. Después de enfundarme el traje y precisar los preparativos, inicié el ascenso. El hangar se cerró automáticamente, para que, acto seguido, surgir el dorado cielo del nuevo día en Cirión.
     Rápidamente llegué al firmamento, viéndolo desde el visor interno. Puse las coordenadas en una especie de ordenador, situado a mi izquierda. Situé las cifras en el panel principal, quedando alumbradas en naranja a modo de display en la computadora central. Activé unos propulsores más, y me concentré en mi destino; Las Pléyades. A continuación me envolví en una especie de bruma luminosa que hizo desaparecer mi nave y a su tripulante. Al cabo de un segundo cuando el aparato se volvió a materializar, ya estaba sobrevolando la ciudad donde vivía Damark. Tan solo había transcurrido tres segundos desde que dejé la constelación de Capella.
     Era de día en las Pléyades, y su cielo, es de un azul brillante, tiñéndose de púrpura cuando miras hacia el horizonte, al lado contrario de la puesta del sol. Un sol enorme, referenciaba la super nova de las Pléyades. Como un imán eléctrico, sacudía todo mi cuerpo, nunca llegaría a acostumbrarme a tan magna energía. Cerré los ojos mientras mi cuerpo daba algunas sacudidas, alcé la cabeza buscando los sentimientos más puros y majestuosos que pude encontrar, hasta acostumbrarme a mi corta estancia. Lo peor, ya había pasado y ahora, estaba notando los efectos secundarios. Un dispositivo parpadeaba en el panel de control central, me indica la proximidad de la vivienda de Damark. Lo desactivé y tomé las referencias para iniciar el aterrizaje. Disminuí la velocidad del vehículo, desactivé la entrada de energía plásmica. La nave quedó vacilando en el aire, dispuesta a efectuar el descenso. Deslicé lentamente la nave y tome tierra. Cuando hube terminado los preparativos, salí de la nave.
     Nada más bajar la escotilla de tres peldaños, adosada a la puerta de entrada y salida de la misma, me encontré de bruces con Damark. Como siempre, su cuerpo resplandecía pletoricamente. Su casa consistía en una especie de construcción metálica con pequeñas ventanas y con algunas dependencias redondeadas en lo alto de la misma, cuyas cúpulas de cristal, de donde sobresalía una torre más alta que el resto, daban un aspecto de castillo metálico adornada con cornisas y habitáculos redondeados.
     Me invitó a entrar estrechándome las manos y dándome un abrazo de bienvenida. Todo me parecía como si, estuviese soñando, o más bien, como si no me terminase de creer todo lo que estaba sucediendo. Como una sensación de increíbles realidades, donde se fusiona la paz, la armonía, el amor, a una percepciones indescriptibles que solo me quedaba asentir y disfrutar...
     Una vez dentro de la vivienda, permanecimos en una habitación cerrada herméticamente, con una suave luz azulada, con un extractor de aire para que no nos falte el oxígeno, todo ello, adecuado a mi lugar de origen.
     -Me alegro que me hallas llamado, pues tenía que hacerte venir, para no perder ni un solo detalle de la comunicación.
     -Gracias Damark. ¡Me alegro tanto que hayas decidido habernos ayudado!. Comprenderás mi estado de desesperación... ¡Mi pueblo, puesto en armas contra si mismo!. Debía actuar de alguna forma.
  
     Damark sonrió mientras sacaba unas bebidas de debajo de una tapadera de la mesa, que se hallaba en el centro de la habitación.
     -No olvides, mi querido hermano, que yo también necesito en ocasiones, de seres más evolucionados que yo. Todo ello, es necesario.

     Todo continuó trascendiendo como en un sueño. Di un trago, que me sentó de categoría.
     -Creo que es obvia tu intervención el día de ayer-. Dije depositando la copa sobre la mesa.
    -Si, no fue una situación grave. Cuando llegué, lo hice en invisible. Lo hice así, para no tener que dar parte a la Confederación, aunque en un principio, pensé en deslumbrar a los ciudadanos, o al menos hacer notar mi presencia. Pero no hizo falta. Les di amor, comprensión, luz. Al darles el amor de mi corazón, aquél que traigo de la energía de las estrellas; ellos, al sentirlo, fueron progresivamente confundiéndose aún más, hasta que recapacitaron, razonaron e hicieron las paces y se fueron a sus casas. No te preocupes tanto... Tómatelo como una especie de gamberrada entre unos niños que se guardan rencor durante mucho tiempo, y que, luego, estallan a palos. Una vez han terminando de pelear, es cuando se dan cuenta de que no es ese el camino a seguir.
     -¿Y qué fue de los heridos?. ¿Hubieron muertos?.
     -¿Muertos?. ¡Oh, no!. Nadie resultó muerto. Si hubieron heridos. Hubieron algunos, pero fueron trasladados de inmediato por los mismos ciudadanos que allí se encontraban, cargándolos a sus espaldas y transportándolos al centro médico. A continuación, comenzó a llover, y en tu ciudad, algunos siguieron emborrachándose en las tabernas, e incluso, celebrando las fiestas hasta el amanecer.
     -¿Y de los agentes de seguridad?. ¿Qué fue de ellos?.
     -Nada. Con la tormenta, llegaron refuerzos. Los agentes estaban bien, no sufrían daños, y como aún quedaba una nave, siguieron patrullando, o se marcharon a descansar.
     -Pero... Mi pueblo necesita de un castigo. Se podrían haber matado entre ellos si tu no hubieras intervenido. ¿No es cierto?.
     -¡Oh!. Si, hermano. Cierto es-. Repuso Damark mientras se acomodaba sobre el taburete, estirando todo su largo cuerpo. -Tal vez, hubieran habido muertos; pero no los hubo. Y eso es lo importante-. Luego se alzó dando un rodeo para volver a sentarse sobre el taburete. -Tu pueblo, necesitaba un poco de diversión y lo encontró, a pesar de las disputas. Ellos no volverán a pasar por donde ya han pasado, pues ya han aprendido la lección.
     Verdaderamente llevan desde muy antiguo, ocultándose ciertos odios o rencores, de incluso vidas pasadas, porque como tu muy bien sabes; aquí venimos a aprender.

     De alguna forma, sabía que esto iba a ir para largo, por lo que me puse cómodo. Conocía perfectamente a ambas familias desde hace mucho, pero tengo que reconocer, que nunca me imaginé que podrían llegar a un conflicto armado.
     -Bien. Ahora quiero que mires un momento la pared-. Me dijo Damark mientras las luces de la habitación empezaron a disminuir. Mientras, se iluminaba la pantalla que él me había indicado.
     Las imágenes comenzaron a tomar forma. Se trataba de un batallón galopando y levantando una inmensidad enorme de polvo amarillo. Algunos conducían carros, todos ellos bien sólidos y ornamentados. Los soldados portaban yelmos e iban también decorados, templando espadas, escudos, lanzas, etc. Se les veía como auténticos guerreros a punto de enfrentarse en una cruel batalla.
     De repente, un primer plano de un hombre bien fornido, en cuyo yelmo de bronce, algunas crestas de forma arqueada y terminadas en punta, realzaban su figura. En su mano derecha, portaba un estandarte de color amarillo y negro.
     -¿Reconoces esa insignia?-. Preguntó Damark.
     -Si-. Contesté. -Es la bandera insignia de la dinastía Worland.
     -En la actualidad han nacido como miembros de los Busotown.

     A continuación se cambiaron las imágenes por las del otro bando al cual, estaban a punto de enfrentarse... Ésta vez, el estandarte era azul y negro.
     -¿Y ésta insignia?.
     -Si, claro. La de los Brantham.
     -Los Cláurin, en la actualidad.
 
     Luego, se vio el encontronazo. Cientos de hombres batiéndose en una cruel guerra. La pantalla fue perdiendo nitidez, hasta que quedó apagada. Las luces centrales de la sala comenzaron a resplandecer, poco a poco.
     -Son imágenes de archivo -me dijo-, tomadas hace miles de años por mis antecesores, durante una misión que se llevó a cabo. Desde nuestras naves de reconocimiento; nada podíamos hacer. Por mucho amor que intentaron influirles, fue inevitable. Esta guerra, duró largo tiempo, lamentablemente-. Damark, tomó un sorbo de su copa apurando el contenido. Mientras depositaba la copa sobre la mesa, se relamía y continuó.
     -¡Si todo esto se hubiera evitado!... Vosotros estaríais más evolucionados, pero lamentablemente; ocurrió. Y ésto es lo que os ha estado retrasando vuestra evolución. Haciéndoos más materialistas, invlocrándoos hasta casi su máxima expresión, todo ello, invadidos por una ceguera hacia la obtención de bienes materiales por medio del poder desmesurado innato del ser. Un poder corrompido, puesto al servicio de la obtención y no de la realización. Nosotros ya pasamos por ahí. Por eso os entendemos bien, amigo y hermano mío.

     Los nuestros, no fueron vistos; si es eso lo que me ibas a preguntar-. Luego, como queriendo buscar las palabras adecuadas, terminó por sonreír-. Bueno, al fin y al cabo. ¿No es mejor que todo acabe así, como una pequeña disputa tonta entre amigos?.

     Juntos reímos y nos abrazamos.
     Yo había estudiado algunas guerras llevadas a cabo en Cirión. Desde hace cientos de años, todo funcionaba con reinados. Hubieron guerras, y dichas dinastías, estuvieron involucradas durante muchos años. Pero ignoraba que se tratasen de las mismas. Es como si se tuviesen que volverse a ver, en otra encarnación para zanjar diferentes lazos kármicos.
     -Si, efectivamente-. No hay que recordar, que Damark podía leer mis pensamientos. -Ellos han estado conviviendo juntos durante largo tiempo, sin si siquiera saber que en un lejano pasado, se enfrentaban en una gran batalla.
     -Ahora. ¿Sería mejor que lo supieran?.
     -No tienen porque saberlo. Eso no es lo importante. A nosotros nos importa porque es nuestro trabajo como sociólogos. Lo que importa realmente, es que se aprenda con la experiencia. El modo es lo de menos. Lo importante es el amor que se de, no los rencores, que para lo único que sirven; es para retrasar la conciencia evolutiva.
     La libertad, priva por encima de toda causa. Pero somos nosotros, los que con nuestros actos, moldeamos nuestras vidas designando un escenario adecuado a nuestra experiencia, dentro de los pretextos diseñados para el ser.

     Después vinieron las despedidas. Ya, a punto de entrar en la nave, me giré para saludar con la mano a mi Hermano del espacio, mientras, Él procedió del mismo modo.

     Una vez hube aterrizado en Cirión, Casilda me aguardaba pacientemente. Fuimos a dar un paseo por el pueblo, y todo transcurría en orden y armonía.

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