El pasado día 21 de Agosto del 2011, sobre las tres de la madruga, mientras disfrutaba en compañía de una maravillosa noche de verano. Se me ocurrió hacer intuitivamente unas fotos. Y digo intuitivamente, porque aquellos que me conocen, saben, que no soy muy dado a hacer fotos, ni siquiera a salir en ellas. Pero en ese momento me pareció bien hacerlas sobre una esplendorosa luna llena de mi ciudad natal de Valencia.
La sorpresa llegó el día de ayer, cuando haciendo tiempo y curiosamente a pocos metros de donde fueron tomadas: un centro comercial de la misma ciudad. Miré las antiguas y pocas fotos con las que cuenta mi móvil, y comprobé, para mi sorpresa, que aparecía un ovni sobre las tres fotos que hube tomado el pasado día 21 de Agosto sobre la luna llena. En el momento de hacerlas, soy testigo de que allí no aparecía nada. Luego, durante el verano, el móvil se estropeó y dejó de funcionar el sistema táctil del mismo. Después de llevarlo a reparar, me fue devuelto pero no se me ocurrió mirar las fotos. Tuvo que ser ayer mismo, que mientras esperaba en el mismo lugar -como ya mencionado- que me encontré con la sorpresa.
No suelo hacer muchas fotos porque no necesito buscar señales. Hace mucho que dejé de buscarlas y ya no dudo. Y no las busco porque ellas -las señales-, me llegan casi a diario. De hecho, recuerdo que el día que hice las fotos que expongo a continuación, noté una presencia mágica en el ambiente, que compartí con mis acompañantes durante ese momento en el que las tomé. Como digo, fue un momento mágico y lleno de amor y ternura. Posiblemente, percibí alguna luz y ello me llevó a realizarlas. Son tantas las señales que registro, que no recuerdo con total detalle de exactitúd.
Después de realizar esas tres fotos que ya he mencionado, tomé una cuarta en la que parece tal cual fue realizada. No se sabe lo que es. Parece como si hubiese sido mobida. Lo curioso es que me recuerda a una foto que ví en la revista Share en su publicación de marzo del 2011 http://www.share-es.org/2011/con-032011.htm en la que se dijo, que era una nave de marte en el interior de un túnel que lo vincula a la cuarta dimensión por el cual se desplaza desapareciendo de la escena. Sea como fuere, nunca he dudado de la veracidad de los avistamientos, ni de los contactos que mantengo con ellos. Cada uno es libre de creer lo que quiera. Pero aquí lo expongo porque sé que en el fondo, muchas personas necesitan pruebas fehacientes.
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