En muchas ocasiones hemos oído decir que lo que no es bueno para ti, tampoco es bueno para los demás. Esto es ciertamente relativo. Lo fundamental, es amar y ser amado. Dios es la fuerza que nos impulsa a vivir, a movernos, a pensar y a recibir del medio aquello que necesitamos para nuestra subsistencia. Él es amor, Él es el Absoluto, Él es Todo en Todo.
Cuando nos venos imposibilitados en continuar en el camino, nos abrumamos con sentimientos pesados y difíciles de llevar. Cuando observamos que nuestros amigos, familia o parientes cercanos, no responden como nosotros esperábamos, nos llega la frustración, el aburrimiento e incluso, la intranquilidad o la desesperación. Cuando nos vemos privados del acercamiento espiritual hacia nuestros hermanos y hermanas, cuando no hacen nada por entendernos. Cuando nos vemos imposibilitados a continuar con nuestras metas; entonces nos llegamos a debilitar espiritualmente, y se pierden muchas ocasiones que son francamente enriquecedoras y positivas a nivel espiritual.
No os desaniméis, ya que, el que trabaja por un objetivo en común, siempre encontrará las respuestas necesarias del medio, tarde lo que tarde; se verá correspondido.
Las frustraciones o desilusiones, son el resultado de un desmesuramiento emocional de nuestro campo energético. Siempre que tengamos claro que no damos para recibir, sino que, damos para satisfacer las necesidades de nuestros hermanos, viéndonos todos como iguales, es muy probable que los sentimientos de frustración invadan nuestro campo energético.
Hay que estar muy alerta para evitar dar cuando no es necesario. Para recibir cuando es lo justo como miembros de un comunidad. Para estar en paz con nosotros y con los demás. Para que cada cuál, recoja lo que se merece, y nada más que lo que haya sembrado.
Es el amor por el dinero, lo que está haciendo en la sociedad mundial, la mayor parte del sufrimiento y desesperación de los más pobres, que viven en la auténtica miseria, en condiciones deplorables; sin tener nada que dar, ni nada que recibir. Mientras, otros alardean de tener muchas riquezas. Este es el problema principal que implica la frustración y el desentendimiento entre la gente. Otro factor importante, es la envidia y la separatividad, entre las personas que tienen dinero y las que no lo tienen. El último factor, es la inercia a querer luchar por un mundo mas justo.
La clave para evitar las frustraciones, son la sencillez, la humildad, la sinceridad y la caridad. En muchas ocasiones, un esclarecimiento de la voluntad dirigida, es la fuente fundamental para un buen equilibrio en nuestras vidas. No es fácil encontrar gente de mente iluminada, pero no hagamos que sea una meta imposible en nuestras vidas, sino, todo lo contrario; enseñemos a nuestros hermanos, el correcto funcionamiento del alma y su origen divino, con sus cualidades basadas en la voluntad, amor e inteligencia.
No perdáis el tiempo con aquellas personas que no tienen el mínimo interés, porque probablemente, será peor para ellas, porque aún se aferrarán mas a sus viejas estructuras. Pero cuando tengáis la oportunidad de abriros a los demás de una forma nueva, no dudéis en hacerlo.
ANDARK
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