He tenido la suerte de presenciar algunas y en verdad -he de admitir-, que en ningún caso he sentido miedo. Sí curiosidad, anhelo por saber más, intranquilidad, sospecha, etc. Pero lo que es miedo; no.
Lo cierto es que, en los dos casos en los que he sido testigo de un objeto material, no tuve encima una cámara con la que poder fotografiar al objeto. Pero es tal el asombro y la certeza de que están ahí, que aunque no los veamos físicamente, no nos importa, pues las dudas se han despejado, y aquello por lo que tanto tiempo se ha luchado y esperado que llegue, cuando acontece el momento, es tan satisfactorio que le deja a uno boquiabierto e incluso paralizado. Sabemos que son muchas las dudas que tenemos, pero de lo que estacamos cada vez más seguros, es que no estamos solos en el universo; en absoluto. Incluso creo que cada avistamiento, cada aparición desde la cuarta dimensión, cada intento en el que se hacen expresar; es una prueba para nosotros y una misión para ellos.

En las series del Hulupa D´hära, narro diferentes planetas con diferentes escenarios en donde se desarrollan los hechos. Hay desde mundos como éste, de categoría Ur, hasta mundos o ciudades imperceptibles al ojo humano. No perdamos ésa disposición a descubrir nuevos territorios, mundos o formas de vida, que aunque tenga que ser -de momento-, en nuestra imaginación, no dejan de ser una realidad aparente.
Los protagonistas son entidades espirituales, por lo que no deja de sorprender la cantidad de episodios, así como de aprendizaje, que pueda hallar el lector sobre las líneas de éstas fantásticas novelas.
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