En contraparte a los resultados experimentados por los ejercicios anteriores, se puede mejorar mucho el mecanismo que nos sumerge en el mar de acontecimientos que se pueden recibir de medio: tenemos entonces, los niveles vibratorios o los también llamados " elevados sentimientos unificadores", que por una mejor adaptación, nos indica el hecho de sutilizar, o afinar, el cuerpo emotivo y etérico o energético.
Lo primero que esta relacionado con la mente, la memoria y los pensamientos, es el cuerpo emotivo o emocional, también llamado astral. Cuando tenemos claro aquello que nos limita, nos molesta o dificulta nuestra evolución, entonces, recurrimos a analizar las causas, por las que nos sentimos mal, encontrando en la mayoría de las veces, los comportamientos o motivos por los que nos sentimos mal. Luego, intentamos poner remedio, haciendo ejercicios de vitalización del cuerpo astral, por medio del pensamiento dirigido hacia el plexo solar para que éste, actúe de filtros donde las energías puedan remoldearse y garantizarse así, un nuevo sentimiento que más tarde, utilizaremos como vitalizardor del cuerpo emergente emocional. De ésta manera, quitamos las barreras que nos atan con la materia y hacemos que el cuerpo fluya la energía con la mejoría del estado físico y anímico.
Cuando empezamos a experimentar estos nuevos ejercicios basándonos en los resultados afines de nuestros cuerpos, nos dimos cuenta, de la importancia que tenía éste cometido, porque gracias a la energetización de los buenos sentimientos, hacían poder hacerse realidad aquello por lo cuál, hemos venido a la manifestación, que es: el acercamiento al nivel vibratorio personal de cada uno. Con el cuál, también se puede trabajar y da como resultados, al cabo de los años, el poder vivir con los mejores sentimientos personales de cada uno, matizados con la vibración intuicional de cada ser. El resultado, es que se afina -por llamarlo de alguna manera- el nivel vibratorio a menores intervalos de la vibración similar, y dirigidos por los sentimientos más afines que uno puede dar para encontrarse de la mejor manera posible, que eso en definitiva, nos lleva indiscutiblemente, a un estado de felicidad con nosotros mismos y con los que nos rodean.
A estas vibraciones sutiles que son de alta calidad, gracias a los buenos sentimientos, se llaman vibraciones complementarias o supervibraciones. Repito que cada cual tiene las suyas con sus tonos, colores y cualidades. De ésta manera, también nos puede llegar -de hecho llega-, el siguiente punto que es el acercamiento a niveles vibracionales de complemento.
No olvidemos, que las personas que no pueden definir de ninguna manera el propósito de éstos ejercicios, bien sea porque no los conozcan, o no les interese -decirles-, que en la mayoría de las ocasiones, reaccionamos mal buscando en el exterior, es decir, en otras personas, aquello que nos falta a nosotros y decimos que somos afines unos a otros. No puede haber un complemento que sea más o menos total, si antes, no ha habido un reconocimiento del estado vibratorio individual. Para ello, es necesario saber nuestro estado vibratorio y conocerlo bien. Tenemos que vivir plenamente, y tener buenos sentimientos si queremos que los demás, estén a gusto con nosotros. Cuando manifestamos los buenos sentimientos, o con los que mejores nos encontremos, entonces, estamos ofreciendo a los demás, lo que a ellos les hace falta, entonces surge la alegría con mucha facilidad. Lo contrario sería buscar en los demás, aquello que nos hace falta a nosotros y éste es el error. Se puede condicionar a cada estado vibratorio un color determinado y un tono musical. Por ejemplo tenemos:
Do: Naranja claro. Re: Naranja marrón. Mi: Verde.
Fa: Violeta. Sol: Rosa La: Azul claro.
Si: Incoloro. (En ocasiones, se colorea con la nota tónica o primaria. La nuestra propiamente).
No hace falta tener que visualizar éstos colores para tener buenos sentimientos, pero puede ayudarnos a conocer nuestro tono de vibración, siguiendo la escala cromática de 12 tonalidades. Se puede aplicar también en la astrología, para conocer el tono vibratorio que da nuestra personalidad, o nuestra alma, si conocemos el ascendente y si somos consciente de ella.
Para averiguar cual es la afinidad complementaria de un ser, se puede averiguar el color de vibración suyo, y luego, buscar en la rueda de los 12 signos del zodiaco, cual sería su complementario o color relacionado. Hay muchos colores y muchas gamas pueden ser las complementarias. Hemos de tratar de evitar los colores menos sutiles, es decir, los colores más groseros.
Una vez visto la importancia de vivir en armonía con uno mismo y con el medio, la forma de atraer la complementaria es básicamente ofreciendo la nuestra propia, como ya hemos visto. Nos quedaría ahora, todo lo referente a la concretización de los objetivos. Para ello, la mejor forma es difundir una aureola de esperanza o mejor dicho, captar el sentimiento esperanzador e inundar nuestro espacio con éste sentimiento.
Para elevar nuestros mejores sentimientos, es necesario que nuestros consciente, esté limpio de perjuicios o libre de conciencia, y esto se consigue con la paz, la meditación y el aprendizaje.
El sentimiento más profundo que podemos captar, es pues, la esperanza, sin ella; no podríamos evolucionar. Para que ésta fructifique todo lo que necesite, es necesario, elevar éste sentimiento tan profundo, hasta nuestros orígenes. Allí, con la conciencia limpia y con amor en nuestros corazones, podemos hallar la información que sea necesaria, en cualquier momento de determinado de nuestras vidas. No hay que olvidar, que el hombre, está siempre en continua evolución, en cualquier parte del Universo; es así. Sabiendo ésto, es necesario no tener demasiadas prisas por aprender. Mas vale aprender poco, que mucho y atragantado, porque tenemos que pisar firmemente aquello que vamos aprendiendo por el camino.
En el aprendizaje conceptual, hemos aprehendido a no estar ligados a ninguna imagen o credo particular, sino a aprender por medio de la motivación, o de la sensación que produce ciertas palabras o niveles vibratorios. Así, de forma detallada, hemos comprobado que el entorno favorece mucho la relación con uno mismo y con los demás. Por ejemplo, una persona con buenos sentimientos no puede desenvolverse bien en la vida, porque el medio está cargado de contaminación, de ruidos y depravación. Luego están también los sentimientos de los demás nos limitan de alguna manera a los sentimientos de los bien intencionados. Así, la inseguridad de la población perjudica aún más las cosas.
Cuando entras en tu casa y tienes frío, entonces, enciendes el calentador y te calientas. Si es verano, haces lo contrario, te pones delante del aire acondicionado. Con el cuerpo astral, ocurre más o menos lo mismo. Tenemos que conocer bien nuestro equipo para sacarle lo que necesitamos en cada momento:
-Si estamos desanimados, entonces, tendremos que buscar buenos sentimientos para reforzarnos de cualquier contrariedad.
-Si estamos débiles, tendremos que abrir el corazón y el centro plexo solar, para que, fluyan las energías que nos darán vitalidad del medio.
Resumiendo diremos que nuestro sistema vital o etérico, se beneficia continuamente del cuerpo astral. Lo que demos al astral, se va a beneficiar o perjudicar en el vital. Por ejemplo, las emociones incontroladas, pueden debilitar mucho el cuerpo vital. Las emociones demasiado controladas, pueden acabar en una sofocación del cuerpo vital y necesitar otros medios de transmutación por parte del cuerpo astral para poder mantener un equilibrio e integridad física y mental.
Virni.
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